El tercer disco de la banda de Thom Yorke abrió una nueva corriente estética que ha marcado la música popular en el inicio del siglo XXI.
por Guillermo Ximenis
Veinte años después de la publicación de “Ok Computer”, la banda británica Radiohead reedita un disco experimental que sirvió de contrapunto al Britpop optimista de los años 90 y puso de moda las melodías disonantes y las letras oscuras.
Accidentes de automóvil, aviones estrellados, androides paranoides y abducciones extraterrestres conviven en un álbum al que los ejecutivos de la discográfica Capitol auguraban un futuro lúgubre en el mercado tras escucharlo por primera vez.
El tercer disco de estudio del grupo liderado por Thom Yorke vendió sin embargo más de ocho millones de copias hasta ahora y abrió una nueva corriente estética que ha marcado la música popular en el inicio del siglo XXI.
“Su persistente longevidad tiene que ver quizás con el hecho de que sus temas y preocupaciones van más allá del aspecto tecnológico que sugiere el título. Habla sobre la alienación y la desorientación de la vida moderna”, señaló a EFE Adam Behr, profesor de Música Pop y Contemporánea en la Universidad de Newcastle.
Cuando entró en el estudio en 1996, Yorke tenía como objetivo alejarse del sonido clásico de guitarras que había obtenido en sus dos primeros discos, para lo cual contó con la ayuda del productor e ingeniero de sonido Nigel Godrich, que desde entonces está presente en todas las grabaciones de Radiohead.
El éxito de “Ok Computer” fue un paso hacia la electrónica y los sonidos experimentales que ya no tendría marcha atrás para la banda, que continuó adentrándose en ese terreno en “Kid A” (2000) y sus siguientes trabajos.
Para Behr, el trabajo pionero de Yorke y su banda es un atípico “disco de rock” que logró reflejar “las preocupaciones y la estética del pasado analógico y redefinirlas hacia un futuro digital”.
La innovación de aquel disco inspiró desde entonces a diversos artistas, entre ellos Coldplay, Arcade Fire, DJ Shadw y DJ Spooky, que han hecho explícita en alguna ocasión su deuda con el sonido de Radiohead.
Con ocasión del veinte aniversario del trabajo, el grupo puso a la venta una nueva edición que incluye, además de los 12 temas originales de “Ok Computer”, tres pistas inéditas hasta ahora y ocho “caras B”.
Todas las grabaciones fueron remasterizadas a partir de las cintas analógicas en las que se registraron las sesiones del disco, muchas de ellas celebradas en una mansión del siglo XV cerca de la localidad inglesa de Bath llamada St Catherine’s Court, donde meses antes The Cure habían grabado “Wild Mood Swings”.
“Todo el tiempo que pasé allí estuve aterrorizado. Todo te recordaba constantemente tu propia mortalidad”, explicó Yorke al rememorar las semanas de grabación en aquel inquietante inmueble.
“Los fantasmas me hablaban mientras dormía”, describió a la revista NME el cantante, que aseguró que pasó varias noches durante aquel periodo “escuchando voces”.
Además de la siniestra inspiración que le brindó aquel caserón, el líder de Radiohead se valió igualmente de algunas referencias literarias para dar a luz “OK Computer”, título extraído de la novela “Guía del autoestopista galáctico”, de Douglas Adams.
Ese mismo texto es el origen del tema “Paranoid Android”, uno de los más conocidos del álbum, que gira en torno a un robot deprimido que en su primera versión ocupó catorce minutos, más tarde reducidos a seis y medio.
La característica sonoridad que obtuvieron Yorke y los suyos fue un contrapunto de otros grupos británicos como Oasis y Blur, en el apogeo del pop amable que triunfaba en un Reino Unido que recién salía de una recesión e iniciaba una época de relativa prosperidad.
A pesar de las dudas iniciales de la discográfica respecto al trabajo, la crítica lo acogió con entusiasmo. La revista NME le otorgó una nota de diez, su máxima puntuación, y lo calificó de “álbum de referencia de la década de los noventa”.
EFE.